Crónica de mi fugaz , y esporádica para mi desgracia, reaparición en el noble arte de correr por la montaña y sus sendas( bueno, correr ....).
Desde hace un par de años, mi realidad familiar me ha hecho darme cuenta de que para mi es casi imposible entrenar para correr por el monte durante el invierno, debido a mi lejanía a las montañas, a la falta de horas disponibles, y quizá a mi propia ambición. Lo hablaba con una amiga el otro día, cuando tú corres por asfalto, el objetivo es claro: ir bajando tiempos e incluso, aunque cada vez sea más difícil, por la edad, hacer marcas. Eso es así, al menos para mi. Pero cuando tú corres por el monte, donde las carreras casi nunca son las mismas, donde pocas veces repites pues quieres disfrutar de diferentes sitios, aquello que yo más anhelaba era, al margen del disfrute y las sensaciones, era correr cada vez carreras más largas para disfrutar más del monte, y porque no , satisfacer cierto ego personal. Y eso, a día de hoy , no es posible.
La verdad es que yo no puedo sacar tiempo, con tres hijos adolescentes, trabajo y dos padres con cierta edad, y que me duren así de bien, compatibilizar correr por el monte con mi vida diaria.Así que estos dos años, y al menos en un par más, seguiré dedicado casi al 100% al asfalto, sin dejar de lado entrenar por el monte, pillar la bici o nadar en verano.
Tras el mortero de estos dos párrafos, vamos al lío. Y os diréis, muy bien, pero para una que vuelves, ¿tiene que ser en un pueblito de Cuenca? ¿No había nada más cerca? Respuesta fácil: era puente, tengo casa en la capital y aún no había corrido por la Serranía donde pasé mis veranos de juventud, y no tan juventud, pues sin ir más lejos este verano subí con mi hijo mediano la Morgorrita, techo provincial. Pues eso, que el elegido sería el Trail Puerta del Infierno, en la solitaria, mágica y bella localidad de Fuertescusa, en plena Serranía Conquense. Aquí dejo el enlace al track de la carrera corta.
La Puerta del Infierno Así que , presto para ello, enfilamos viaje el viernes hacia mi Cuenca del alma. Llegamos a la hora de comer, un buen arroz a la vallisoletana ( con oreja básicamente), unos pastelitos(huesos de Santo) en una la clásica confitería Ruiz, y enfilamos ya casi de noche a recoger el dorsal. El ambiente en el pueblo es muy acogedor, no hace demasiado frío y acabamos la visita con un quinto de cerveza en el bar del pueblo. Bajada, ducha y a disfrutar de unas copichuelas por la capi.
Levantar algo resacoso y de nuevo unos 50' para llegar a un pueblo ahora si a tope de ambiente. Aparcamos en un prado a la salida del mismo, tras atravesar la famosa Puerta del Infierno, que son tres oquedades rocosas previas a la entrada a Fuertescusa. Nos arrimamos a la salida, para descubrir con sorpresa que hay muchísima participación de la zona de Alicante (Villena, Bocairent,...) entre los algo más de 300 inscritos en las tres modalidades: marcha senderista, trail corto de 15 km ( el mío) y la larga (26km). La verdad que ando un poco nervioso, pues son 15km pero con casi 900m de desnivel positivo, y mis entrenos se limitan a un Maigmó, unos rodajes por Gran Alacant y poco más.
Pero bueno, al final tampoco hay mucho más que esperar al pistoletazo y en medio de un ambiente tan tranquilo como el propio lugar, a darle a la zapatilla. El tiempo es impresionante, con no mucho frío, pero con una niebla y unas nubes bajas que auguran unos paisajes espectaculares. Y os puedo asegurar, y sé que a mi amigo Martín no le gustan los maximalismos, que sacando las carreras que puedo haber hecho en Pirineos, esta ha sido la carrera MÁS bonita que he corrido en mi vida. Y si a eso añadimos una organización volcada, con unos voluntarios como pocos, yo no puedo entender que esta carrera no llene inscripciones. Ojo, que la bolsa con camiseta de primera calidad y unos manguitos Lurbel. Y casi por encima de todo, unas judías con oreja y chorizo como promesa final cuál vellocino de oro.
Fuertescusa
Y ahora si, la carrera. Salida por el pueblo cuesta abajo para cruzar la carretera y ya en el primer kilómetro afrontar la primera de las tres subidas de hoy. He salido de los últimos por no hacer tapón, pero esta primera subida por senda estrecha me hace dudar de si adelantar o no, cosa que acabo haciendo para coronar en el km 2 tras unos 250m+, llevo las piernas ya cargadas y ¡quedan 13 km !. Eso si, en mitad de la subida una corredora comenta de ir viendo el paisaje que queda a nuestros pies, y a Dios gracias que buena idea. Me paro un momento para observar y deleitarme con uno de los paisajes más bonitos que uno puede contemplar. hoces de roca, arboles amarilleando, pinos, y todo con nubes bajas subiendo y bajando. De verdad os digo que desde ese momento entendí que esta carrera, sin dejar de serlo, iba a merecer detenerse y mirar alrededor con calma.
Había que parar y mirar
Bajada por pista donde pongo el único pero a esta carrera, y es que hay corredores que no sé en qué piensan, han salido con sus perros (atados) , los han soltado en plena subida, los pobres animales han ido subiendo y bajando molestando a la gente un poco, pero es que ahora en plena bajada te adelantan a toda ostia dándote unos sustos y pudiendo generar un peligro que no debería ser permitido. Ya sé que quizás en una sociedad donde ya hay más mascotas que hijos esta percepción no sea muy políticamente correcta, y quien me conoce sabe que adoro los animales, pero lo que no es no es.
Empezaba la bajada técnica
Bueno, estaba bajando por una pista que se torna bajada técnica de narices debido a lo estrecho de la senda y al barro acumulado de días previos. Al final salimos a una pista en medio de un valle precioso, cruzamos el río Escabas que va bien cargado, para llegar al segundo avituallamiento, pues el primero había estado al coronar la primera subida. Aquí veo a los voluntarios cervezas en mano, les comento que a buenas iba yo a renunciar a la mágica bebida, la cual me ofrecen, pero a mi derecha veo el inicio de la segunda y más importante subida de la jornada, y me conformo con un triste Aquarius y unas alegres gominolas.
Y aquí viene la madre de las cuestas, unos 500m+ en 1'5km, ¡Vamoooooooos!. La cosa empieza poco a poco, pero aquello empieza a no tener fin. Ahora bien, si lo que te rodea son corredores supermajos, voluntarios con una sonrisa como en pocos sitios he visto, el atravesar una oquedad en la roca que parece pura magia, un paisaje que no tengo palabras, una fina lluvia que confería a la situación algo más de épica, os puedo asegurar que aquellos 35' fueron duros pero mágicos. Eso me lo llevo y sé que algún día volveré.
Paisajes mágicos
Coronado el asunto, tras increíblemente adelantar algunas posiciones aunque fuera lo menos importante, empieza la bajada donde iba a recuperar. Y empleo el pretérito imperfecto de deseo, pues la bajada había que verla. Sólo diré una cosa, es la primera vez que recuerde que bajo tramos con el famoso "culo a tierra", y no fueron pocas las ostias que vi. Eso si, al final bajada de nuevo al valle, km 7 y van 750 metros de desnivel, al final va a ser que si llegaremos con dignidad, aunque quede la mitad de la carrera. Toca un ratillo de pista bonita durante un par de kilómetros antes de afrontar a última subidilla, la hocecilla, aunque los corredores locales prometen que es la más suave. Eso si, la lluvia fina ha pasado de txirimiri a lluvia persistente.
Rodando por el paraíso Encaro esta última subida cuasi en soledad, sólo acompañado metros atrás por una corredora vegana motivada por saber que hay un caldero de manjar ajustado a su modus vivendi. Esta última subida de nuevo es diferente, y subimos casi inmersos a ratos por un arroyo, y pegadas a preciosas paredes que conforman la susodicha hoz, y que sirven de abrigo para la ganadería. Al final, y ya casi en absoluta soledad salvado por un excelente marcaje, coronamos justo en la bifurcación de la carrera de 26K, lo que dado mi estado de forma podéis imaginar mi sentimiento por haber elegido la distancia corta.
Lo que resta es una bajada llevadera pero con unas agradecidas vistas ya al pueblo, que finalizan con una salida a la carretera inicial bajo ya una buena lluvia que finalizan con la subida final al pueblo, que empiezo corriendo pero finalizo andando, y con la gran recepción/entrevista/degustación herbero por parte de un speaker de 10. Tiempo final 2.15'20", posición final 56 de 100 llegados, 18 de la categoría, siendo esto lo de menos, pero consultable en https://www.timingsys.com/resultdata/551?mod_id=1033
Reponiendo con un buen herberoDirecto a por el avituallamiento, que de nuevo serán unas cervezas, unos frutos secos y unas chuches como no. Retirada al coche, secarse, esperar a los andarines y tras un breve y tranquilo lapso, unas buenas judías a resguardo en el Ayuntamiento de este precioso pueblo que es Fuertescusa, no sin antes derramar la lágrima tras el discurso de una encantadora abuela el pueblo hablando del mismo y del desgarrador suceso provocado en Valencia por la ríada.
Fin de fiesta
Por finalizar y como cloenda, creo que cualquier persona amante del monte debería perderse un fin de semana otoñal, o no,bajo cualquier excusa (andar, correr, bici, setas, desconectar) y visitar Fuertescusa. Si no lo hacéis, os estaréis perdiendo algo inolvidable y muy cercano. Nos vemos en la próxima
Magia
Lo de los perros no lo entiendo, tiene que estar muy entrenado para que se comporte en carrera, pero otra que no puedes decir jeje, sino te comen. Un saludico.
ResponderEliminarModernidades que yo tampoco quiero ni intentar entender
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