Por fin, este sábado pasado, y tras años detrás de ella, pude correr una carrera con un significado especial para mi: la Hoz del Huécar, la carrera de Cuenca, de mi Cuenca.
Como algún lector del blog recordará, es la tierra de casi toda mi familia paterna, y donde yo veraneé durante toda mi infancia y adolescencia. Cuando empecé con esto de las carreras populares, descubrí que había una con mucha fama en la ciudad: la carrera de la Hoz del Huécar, una de las dos hoces que posee la ciudad junto con la del río Júcar. 15 km que recorrían tanto por lo profundo como desde las alturas el famoso cañón, llegando a venir autobuses de clubes de la zona del levante y el centro. Pero por unas cosas u otras, nunca había podido correrla hasta este fin de semana.
Volvía a mi Cuenca
Como es habitual en mi, antes de empezar un par de runnereflexiones. La primera fue mi sorpresa cuando pocos días antes de la carrera consulto el número de inscritos y no sobrepass los 500( al final lo conseguiría por poco). Pero si en su época deberían superar los 1000 con holgura.... Algo pasaba que no entendía, cosa que aún se me hizo más patente tras correrla, y poder certificar la belleza de una carrera top. Sólo me queda pensar que no ofrece mucho postureo ni marqueo una carrera de 15km bastante duros por más bonitos que sean, nunca se podrá comparar a parar en medio de una Media Maratón para hacerte una foto con la Alhambra de fondo, o el poder hacerte una foto con tu MMP en la Media de Valencia, pero sigo pensando que tiempo y carreras hay para todo, pero si solo nos dejamos llevar por estos nuevos valores, poco estamos aprendiendo.
Y la segunda entronca con esto mismo. Hace un par de domingos, hablando con el gran Martín de "Se nos va la Pinza" me preguntaba por mi afirmación acerca de que la Media de Granada era la más bonita que yo había corrido. Le aseguré que así lo sentía, para tener que ponerlo en cuarentena tras correr la Hoz. Y es que sin poder ser comparables al ser una casi en su totalidad por zona fuera de la urbe, ni la Alhambra ser la Catedral de Cuenca, puedo decir que poco tiene que envidiar la carrera conquense a la Nazarí, sobretodo si te gusta correr por la Naturaleza, y teniendo en cuenta que al igual que la primera parte de Granada era "insulsa", la Hoz no desperdicia ni uno sólo de sus metros. Así que hagamos el favor, y abramos nuestra mente a nuevas carreras cuando viajemos, disfrutaremos mucho más de este bello deporte del correr.
La Hoz
Pero tras la morterá, vamos al lío. Llego a Cuenca el viernes, alojamiento gratuito , no importa estar dos noches jjj. Un poco o mucho de juerga, y a la cama. Al día siguiente, a media mañana a recoger el dorsal en un centro comercial, se recoge la camiseta y aprovecho para comprar una de una edición antigua, y es que antaño las camisetas de la Hoz eran famosas por sus bonitos diseños. El resto del día lo paso descansando y dando una vuelta por la Serranía, en concreto en la laguna de Uña. Aún así, el cuerpo para nada estaba recuperado tras la nocturnidad y alevosía de la noche anterior, y es que los años no pasan en balde para el cuerpo, aunque la mente piense que no.
Cuenca es una ciudad pequeña, por lo que con poco menos de una hora de antelación salía de casa hacia la zona de salida, andando, algo muy raro para mi. El planteamiento era claro: era una carrera muy importante para mi y no pensaba pasarlo mal , las sensaciones buenas no iban a aparecer en cuanto a ritmos, así que iría al paso que me permitiese no abandonar la carrera, si había que correr a 6', pues se hacía.
Y aquí mi primera sorpresa, pues el ambiente en la Plaza de España era muuy tranquilo . La gente muy relajada, saludándose, riendo, de hecho tienen que avisar a los corredores cuando quedan 5' para que nos vayamos al "corral". Yo me he distraído observando la Plaza, donde estaban unas "galerías comerciales" de la época y donde mis abuelos tenían un puesto de telas, y que más tarde se convirtió en lugar de fiestas nocturnas , y por tanto en lugar de peregrinación nocturna para jóvenes entre los que me incluía yo.
La Plaza de España
Ahora si, ya estamos en zona de salida y me colocó obviamente en la parte trasera, no el último porque parece haber gente con mi mismo planteamiento táctico. Y a las 19 horas puntuales, a darle a la zapatilla, ¡por fin iba a correr la carrera de la Hoz del Huécar!.
Ambiente relajado
Los dos primeros kilómetros de los 14'75 de la carrera son urbanos. Se sale de la Plaza de España para rodear el Parque de San Julián y dirigirnos hacia la Puerta de Valencia, que da acceso o al Casco Antiguo o permite salir de la ciudad por la Hoz. Nosotros en cambio giramos a la izquierda por una de las calles más bonitas de Cuenca la de los Tintes, y por donde rodamos en paralelo al río.
La carrera al paso por la calle de los Tintes
En un giro por la calle del Agua volvemos a pasar por la Plaza de España para ya salir a la arteria principal de la ciudad, la calle Carretería, por donde circulamos entre la gente apostada en las terrazas, y con bastante ánimo por parte del público.
Primer paso por meta
A la altura de la iglesia de San Esteban volvemos a girar hacia la Puerta de valencia, el público cada vez anima más, llegando a poder saludar a un amigo mío de la infancia, Cristian, que está viendo la carrera junto a su familia. Llegamos a la Puerta de Valencia de nuevo, pero esta vez ni izquierda como antes, ni recto por las empinadas cuestas que definen el casco antiguo, sino a la derecha, nos vamos a la hoz. Mis sensaciones son malas, como no podía ser de otra forma, pero el ritmo de la gente es muy tranquilo, he ido adelantando gente y bueno, habrá que seguir.
Al paso por la puerta de Valencia
Abandonamos la ciudad bajo la vigilancia en las alturas del Puente de San Pablo, el Parador y las Casas Colgadas, para adentrarnos en una sinuosa carretera que "toboganeará" en los próximos 5 km.
Salimos a la Hoz
Eso si, el ambiente es muy silencioso entre los propios corredores, nunca había vivido una cosa así. Excepto alguna conversación aislada, todos vamos encerrados en nuestros pensamientos mientras buscamos tomar por dentro las continuas curvas. Si a esto unimos un paraje de vegetación abundante, estamos ante un tramo para recordar. Eso si, cuando levantamos la mirada de las huertas anexas al río, a nuestra siniestra, para alzarla dirección lo alto del margen de la hoz, nuestra mente corredora temblequea, pues sabemos que allá arriba está la carretera del Camino de los Jerónimos, nuestro camino de vuelta
Paisajes de impresión
Hasta el km 7 he ido aguantando un ritmo trotón en mi opinión, sin sufrir mucho y he seguido adelantando gente. Pero al llegar al cruce de Palomera, quien más quien menos sabe lo que viene del 7 al 8. Y es la cuesta, la que nos subirá al Hotel Cueva del Fraile, donde emprenderemos el retorno. Pero bueno, tampoco es una barbaridad como la Cuesta Gomérez de Granada, así que poco a poco voy ganando metros, entre los ánimos de los voluntarios,disfrutando de las maravillosas vistas de una Hoz que empieza a teñirse de color atardecer con un sol bajo que hace este kilómetro algo más llevadero. Una vez coronado el Hotel, giro de 90º y al camino de los Jerónimos.
Pero ay amigo de quien piense que el sufrimiento acaba aquí. Yo lo recordaba de algún entreno por la zona y lo había constatado esa mañana en una revisión en coche: lo peor empezaba ahora. Y es que lo duro, el subir, no acabará hasta el km 10, y ojo que del km 10 al 12 vendrán bajadas pero seguidas de subidas. No es tan duro en porcentaje como lo anterior, pero llevas las patas finas. Eso si, las vistas de todos los kilómetros hechos desde unos 100m más arriba, con toda la Hoz a tus pies, sin palabras. Respecto a mi, aquí si empiezo a sufrir, y pongo modo "no caminar" como ya hacen algunos corredores. Y eso se constata cuando empiezo a ser adelantado por algún corredor, y es que 500 corredores estirados hacen que ya vayamos bastante desperdigados.
Al final, y como uno ya se ha visto en varias de estas, consigo alcanzar el barrio del Castillo bajo los ánimos de los voluntarios que animan bajo el ya clásico " de aquí a meta todo bajada". El asunto es que esta vez sé que si es cierto.
Y es que vuelve a aparecer el público, y esta vez si que animan de verdad. Pasamos la zona de bares bajo los gritos de la gente, atravesamos el pórtico y emprendemos la bajada que nos cruzará todo el Casco Antiguo por sus arterias principales. Yo voy extasiado, la bajada permite disfrutar de monumentos espectaculares como la Iglesia de San Pedro o la Posada de San José, mientras tratamos de evitar el adoquín. Físicamente voy regular, hasta con algo de flato, pero bueno, todo compensa. Y sobretodo compensa bajar la calle de San Pedro y entrar en la Plaza de la Catedral cortada y con la gente animando y vitoreándote. Si a eso añades el hecho de ser uno de los sitios más bonitos de España, que vamos corredores sueltos y sabes que si se están refiriendo a ti, es junto al último paso por meta en la Maratón de Pamplona, uno de los dos momentos más importantes que me llevo de esto del correr. Y si como guinda ves como la voz del speaker retruena en medio de la Plaza nombrándote a ti y a tu club, eso hace que se me empañen los ojos y me acuerde mucha gente y momentos.
La Catedral y su plaza
Y dejado de lado el sentimiento al pasar bajos los arcos del Ayuntamiento, emprendo la bajada ya sin flato por las cuestas de la Audiencia, a un ritmo cercano a 4'15.
La bajadaY ahí voy yo tratando de aguantar el tirón
Al llegar abajo, a la zona del puente, vuelvo a ver a mi amigo entre el público, y eso hace que me anime en este último kilómetro llano, para entrar en meta en 1h15'59" oficial, 1h15'28" real, posición 176 de unos 500, todo ello en https://timingsys.com/files/1716208598_GENERAL%20HOZ%20DEL%20HUECAR%202024.pdf
No fui primera plana jjj
La meta no hace sino confirmar lo que he ido pensando toda la carrera, pues el ambiente es muy familiar, con la gente del público entremezclada de inmediato con los corredores, sin nadie agobiando. De hecho tardo en darme cuenta de donde se recoge la bolsa con los regalos, y una buena cerveza que me sirva para recomponerme de todas esas cuestas.
Perfil del percal
Lo dicho, creo que es una carrera que cualquier corredor que se precie debería tener en el currículum, tanto por la belleza del tramo extramuros como por lo espectacular del tramo intramuros. Nos vemos en la próxima, que aún queda una carrera de las largas, y es que este año voy a apurar hasta el final.