Este domingo pasado, y tras mi infructuosa inscripción del año pasado, pude correr la cuadragésima edición de la Media Maratón de una de las ciudades más bonitas del mundo, y en la que tuve la suerte de vivir dos años. Y uno se dirá, "leches ¡40 ediciones!". Pues esta cifra tiene dos connotaciones especiales. La primera, y es que dado lo especial de la efeméride, tuve la suerte de que la organización y el Ayuntamiento permitieran el paso de la carrera por la Alhambra, algo casi impensable en esta época de recortes de libertades. Y la segunda me vino a la cabeza al inscribirme: "Coño, 40 ediciones y yo viví allí dos años cuando empezaba a correr... ¿por qué no la corrí o me llamó la atención, con lo guapa que está?"
La respuesta a la segunda me vino en un pub la noche del post carrera, cuando un paisano me comentó que hasta hace unos años, la Media de Granada no entraba en la parte histórica de la ciudad, quedándose por las afueras, y siendo más bien insulsa, en sus propias palabras. Ahora bien, existía otra carrera, un 10K, duro y exigente, la carrera de las Dos Colinas, que coincide casi milimétricamente con la segunda parte de la Media. Esa era la que yo conocía. Cuando los militares que la organizaban deja de hacerlo, es cuando el Ayuntamiento, acertadamente, sustituye la segunda parte por esta carrera, consiguiendo el circuito único y espectacular que pude disfrutar.
Pero vamos al lío. Llegaba tras una semana un poco liada, pero con la buena forma que dejó entrever el 10K de Denia- Sólo un día de series pude entrenar, pero ya el viernes por la noche me acuesto con sensaciones raras en el estómago. Al llegar a Granada y bajar del coche, primera mala señal. y es que la cantidad de florecillas y polen en suspensión es importante, recordándome a una Media de Almansa que corrí con Sera, y donde las pasé canutas debido a mis histaminas del amor hermoso.
Recogida de dorsal en un centro comercial con un poco de lío para salir del mismo, y a comer algo en un bar para ir a descansar al apartamento situado en el Realejo. Y allí ya si que no lo puedo obviar, tras ir dos veces al baño, habría que añadir al Ebastel un Fortasec, pero como parece que la cosa aguanta, nunca mejor dicho.
CircuitoA sí que a eso de las 18 (la carrera sale a las 19:30) hacia la salida en el Paseo del Violón, disfrutando de un impresionante ambiente de tardeo debido a la festividad de las Cruces de Mayo. El paseo permite disfrutar del ambiente lúdico-deportivo, cada uno con su historia, pero he de reconocer que esta carrera es de las grandes, con multitud de camisetas de la zona de Murcia y Alicante, con una destacada presencia del club Montemar.
Ready? Y así, tras una tranquila espera del que sabe que hoy no habrá marca, ni por perfil ni por estado físico, y con el único reto de no caminar en ningún tramo y no sufrir en demasía, me dirijo a la zona de salida, quedando en la parte final de una de las zonas habilitadas para dar las primeras zancadas
A las 19:30, y desde la zona anexa al Palacio de Congresos. Los primeros compases discurren pegados al Darro dirección Norte, pero al unirse los dos pasillos la congestión alcanza un nivel importante, algo quizá a replantearse por la organización. Mientras vamos buscando las calles del barrio del Zaidín muchos corremos por la acera directamente, y eso que suele prolongarse como mucho los primeros 500m, en este caso duró casi 2 km, pudiendo saludar a mi amiga María Gala, residente en la capital nazarí.
Tras bajar el Zaidín, salimos al extrarradio de la ciudad tras pasar la zona de ocio de Neptuno. Hasta el km 4 hemos disfrutado de mucha gente animando, el perfil ha sido favorable salvo el fartlek inicial, pero yo noto que no voy bien, teniendo la garganta reseca desde el minuto 1 ( Dios gracias a la organización que tuvo avituallamientos cada 2'5 km). ¿Cómo será que yo que sólo suelo beber una vez en las Medias y es para el gel que bebí en casi todos? Algo no iba bien, pero sólo llevábamos 3 km y pico.
Del km 4 al 7 es una zona semillana, con algún paso por debajo de un túnel con salida salerosa, pero llevable a pesar del Sol que aún castiga. Dado mi estado, pongo el Garmin en modo hora, y a pesar de que he ido adelantando gente, reconozco cierto bajón al superar un globo allá por el km 7 y ver que es el de 2h, cuando yo pensaba que era del de 1h45. Esta zona es la "insulsa", que sin ser fea no es para venir a correr especialmente. En el km 7 subimos por el Barrio de la Chana y alcanzamos la "M-30" de Granada, Camino de Ronda. Aquí me vienen multitud de recuerdos de mi época granadina, al ver a lo lejos mi barrio de los Pajaritos, la pista de Atletismo donde entrenaba con esas vistas de Sierra Nevada, y más aún cuando giramos por Severo Ochoa para emprender la subida por el Campus de la Facultad de Ciencias donde yo estudié.
Son casi 9 km y las piernas y mi mal estado físico me empiezan a hacer plantearme mi futuro en esta carrera, costándome respirar y con un "algo" constante en el estómago. Peo decido seguir mientras pasamos cerca de los Jardines del Triunfo dirección Madrid, atravesando nuevos túneles que invitan a nuevas cuestas. Pero ahí amigo sobre el km 10, que esta vez la salida del inframundo no es un repecho, sino un cuestalón de los buenos buenos. Justo desembocamos en la fábrica de Cervezas Alhambra, con su temida cuesta donde yo solía entrenar. Me digo a mi mismo que si hay que subirla, o ando o muero. Pero esta vez alegre sorpresa, y rodearemos la fábrica del bendito líquido, lo que aprovecho para meterme el gel entre pecho y espalda en el avituallamiento de los militares. Ya veremos si mi estómago dice O.K o K.O.
Avituallamiento
Y ahora si, empieza lo bonito. Vamos subiendo hacia el Monasterio de la Cartuja y el Campus del mismo nombre, sede de la Facultad de Educación donde me saqué el CAP. Pasamos el Seminario, y al alcanzar el km 11 retomamos los ánimos del público, pues el arco de salida del cuarto de Maratón, y ese vacío que habíamos sentido a ratos del km 10 al 15 desaparecerán casi definitivamente. La carrera acababa de cambiar, íbamos directos a los 10K más bonitos que había corrido en mi vida.
Empezaba lo buenoIniciamos un giro a la derecha y la subida por la antigua carretera de Murcia hacia la zona del Albaicín, con unas magníficas vistas. La subida es no es exigente en cuanto a desnivel salvo el último kilómetro, donde los hectómetros que quedan para acabar aparecen marcados agudizando la agonía. Pero esta es recompensada cuando aparecemos en un mirador que domina todo Granada , con especial preponderancia de la Alhambra con el fondo de Sierra Nevada. Momento mágico que me permite recobrar el aliento, mientras escucho a mi alrededor "Joder, que bonito es esto". Y no una vez no dos, y esto es algo que nunca me había pasado en carrera. ¿Y que toca ahora? Bajar todo el Albaicín, pero no de cualquier manera, sino en zig-zags que nos permiten saborear todas sus calles, incluido algún paso estrecho, el famoso Mirador de San Nicolás y tantos otros sitios, con algún repechillo corto pero interesante. El asunto es que el empedrado y lo empinado de la carretera no dejan recuperar mucho, sino que cargan mis pobres piernas.
Albaicín running
Llegada mi sitio favorito de Granada, el paseo de los Tristes, al pie de la mismísima Alhambra. Recorremos la Carrera del Darro en medio de un público como el que yo he visto pocos ( bueno, llevamos así desde el Albaicín), pero que alcanza su clímax en Plaza Nueva, donde se forma un pasillo muy estrecho donde la gente anima como si fueras su padre. Km 16, sólo quedan 5, pero...
Paseo de los Tristes
Y si, aquí llega el asunto, la famosa Cuesta de Gomérez, uno de los accesos andando a la Alhambra. El año pasado, mientras animaba a Rafa y a Jordi, subí 100 metros por la misma, para comprobar que si, que estaba muy muy inclinada, pero no seguí. Este año, giro, multitud de espectadores, pero tras dar un par de curvas, veo una puerta de estilo árabe al fondo , y detrás el incomparable Bosque de la Alhambra, en el cuál yo nunca había estado. Pero tras atravesar el arco, se me viene el mundo encima. Y es que si estoy en uno de los sitios más bonitos del mundo, también es cierto que la cuesta no tiene final a la vista. Llevo las piernas temblando, la respiración a 200, pero mi único objetivo es no caminar, así que limito a trotar a un ritmo menor al que llevaría andando. Saludo de nuevo a María con una sonrisa forzada, para descubrir que la curva que en otras ediciones era el final, esta vez es la previa a otra cuesta que nos conducirá a la Alhambra.
Testimonio de mi padecer en la Cuesta Gomérez
Pero bueno, uno ya lleva unas cuantas, así que tira de desfibrilador mental y supera el precioso acceso al Monumento. ¿Qué decir de los metros que recorrimos por dentro? Voluntarios animando a todos y cada uno de los corredores al borde del ataque de corazón, pero todos nosotros con los ojos emocionados de estar pudiendo correr por la mismísima Alhambra. Esos 500 o no sé cuántos metros me los llevo para mi. ¿Quién sabe si cuando me lesioné el año pasado fue un guiño del destino para poder correr esta edición? Yo sólo puedo aconsejar que si repiten la idea, no desaprovechéis la ocasión.
Entrada a la Alhambra por la Puerta de la JusticiaY así se llega al km 18, empieza la bajada hacia el Realejo, pero mi cuerpo y mi alma han dicho "hasta aquí remamos amigo". Soy avanzado por muchísimos corredores, y es que apenas puedo rodar a 5'/km en una cuesta de aúpa, tengo hasta flato ... mandaría huevos echar a andar en plena bajada. Reduzco ritmo, llego al llano de Acera del Darro, queda 1 km, el público anima sin parar , por si no lo he dicho, desde el Albaicín. Pongo modo "Mente en blanco" y ruedo por la avenida granadina hecho unos mistos, para al final alcanzar la ansiada meta en 1h52'13", oficial 1h54'17", posición 1318 de 4209, todo ello en https://www.cruzandolameta.es/clasificaciones/v2/resultados/40-totalenergies-media-maraton-ciudad-de-granada-2024---2109/6132/?page=1 .
Al llegar, camino hacia las escaleras del Palacio de Congresos a buscar mi mochila, y abrigarme pues tengo hasta escalofríos. Mientras descanso y juro y perjuro que jamás sé que volveré a esta carrera, algo en mi interior me dice que acabo de inscribirme en una futura edición, pues pocas hay como correr en Granada.
K.OPost data: tras unas noches con unas cervezas, las consecuencias fueron 10 paradas "técnicas" entre Granada y Alicante, y tres días a base de Fortasec, arroz y Jamón York.
No hay comentarios:
Publicar un comentario