Por fin, y tras casi seis meses, vuelve a aparecer en este humilde blog una crónica de una carrera, y he de remontarme a un carrerón como la de Algorfa. ¿Y qué ha pasado en medio ? Pues mucho, bueno y malo.
Por un lado,una serie de cambios importantes a nivel personal, que han provocado un cambio en mi actitud hacia el deporte y hacia la vida en general. Por otro lado, una serie de lesiones que, aunque en un principio pudiesen hacer pensar que me hubiera abandonado más bien ha sido todo lo contrario. Hay una frase que dice que si a Dios le pides fuerza, el no te dará fortaleza, sino que te pondrá por delante las pruebas necesarias para que te hagas fuerte.
Tras un verano donde dejé de correr por los calores y mi gemelo que no curaba, llegó una fascitis plantar. Esto me dejó desconcertado, eran principios de Septiembre y a un momento mental de incertidumbre le íbamos a añadir una imposibilidad de hacer deporte, lo que no auguraba nada bueno. Y fue en ese momento, cuando menos lo pensaba , cuando empecé a "renacer", para lo que toqué las teclas necesarias: preparador físico, mi gran Cata; mi fisio, el mago José de FisioPinós; mi amiga Irene, la que por "casualidad"(siempre creo que hay una gracia divina detrás de cada casualidad) se lesiona y me anima a irme con ella de retorno al medio acuático; mi gran Alfonso asume mis cambios de planes, le digo este año voy con todo. A todos les digo que voy a intentar volver a ser el que era años ha, incluída a mi familia, pero por encima de todo, me lo digo a mi mismo. Y así fue, manos a la obra. Dieta, gimnasio, mucho entreno, y sobretodo una mente enfocada. Y con muchos oscuros y claros, pero con muchos, muchos huevos, fui enlazando entrenamientos, vida sana, mente sana. La mente tiraba del cuerpo y luego el cuerpo de la mente, el cambio iba llegando .Pues como ya dije en la última crónica, a la fascitis le sobrevino una rotura del meñique del pie, y luego una sobrecarga en el hombro. Pero el de ahí arriba, y los que me cuidan desde allí, me iban dando la fuerza para adaptarme, sino se corría se nadaba, si no bicicleta, spinning, gimnasio siempre... Os dejo de torradas ya, pero si alguien quiere saber más, nos tomamos un café y le cuento tranquilamente, que no es plan de aburrir al personal. Sólo decir que con 6 kilos menos y un físico que no tenía desde hace 15 años, estoy muy muy ilusionado por poder volver a correr.
Los días previos la planta aún seguía dando un poco la lata, no había corrido más de 1 km seguido, pero no había vuelta atrás, así que con algo de incertidumbre pero con muchas ganas, el sábado 6 de Diciembre, y tras una buena caminata con mi gran amigo Pablo, enfile dirección Molins a recoger el dorsal. Esta tenía lugar en el Centro Cívico de la oriolana pedanía de Molins, que por cierto tiene una plaza muy bonita y donde se respiraba un ambiente muy agradable en estos primeros impases de la recogida de dorsales: gente amable, ambiente navideño, un placer. Vuelta a casa con una ilusión que no tenía desde hace muuuucho tiempo. Ah, bolsa bien cargada con una camiseta bien chula, de las que mola ponerse. ¿Había dicho que agotaron dorsales?
La bonita plaza de Molins
El domingo levanto pronto, aunque el mareo con el móvil me hace salir no tan desahogado como me gusta ya , me he hecho un abuelete y quiero llegar siempre mínimo una hora antes. En la entrada del pueblo, un amable voluntario me desvía a un descampado a mano derecha donde dejar el coche sin problema. Paso un ratillo en el coche, desayuno una onza de chocolate que encontré abandonada en mi nevera, y cuando ya queda poco me cambió, por fin el ritual del dorsal, los imperdibles, y encima una mañana de cine en una carrera que promete mucho. ¿objetivos? Rodar 5 km, teniendo en cuenta que lo máximo que llevo en el zurrón son 4 km de cacos.
Ambientazo de salida
Momentos previos, ilusión máxima
Tras saludar a Fabián, un chico nuevo de mi club CorrexCrevillent, me sitúo en cola de pelotón, tras la gente de Zancada sobre Ruedas. Y puntual a las 10 a.m, en medio de un gran ambiente,tocaba volver a sentirse corredor. En los primeros metros salimos dirección Norte, y tras la primera recta abandonamos el núcleo urbano. Voy adelantando poco a poco, sin noticias de mi fascia. Giramos dirección Redován, con unas impresionantes vistas de su Sierra, mientras disfrutamos de un recorrido llano por medio de campos de limoneros, entre otros árboles. Pica el km 2 y volvemos a girar dirección Sur, con otras maravillosas vistas de la Sierra de Orihuela al fondo, y en su base su fabuloso Seminario. Me están pasando los metros que ni me entero, sigo adelantando gente, hace una mañana de frío y Sol, ¿ quién quiere más?..
Llegamos al pueblo de nuevo, buen ambiente de público, pasamos el km 3 más o menos por el cole, y enfilamos una larga recta de ida y vuelta, de las que a mi me gustan. Voy viendo tanto a los corredores de las primeras posiciones del 5K y del 10K, que gustazo ver cómo lo dan todo, me traslada a otras épocas , donde vas buscando el límite, esa parte del atletismo popular que engancha de tal manera que no se puede explicar.
En "la recta"
Y entonces pasó... llega el giro, y tras el me digo a mi mismo que ya que no molesta mucho el pie, ¿por qué no apretar a tope estos últimos 800 m? Añoro esa sensación, sé que arriesgo a jorobar de nuevo la recuperación, pero ¿por qué no? Y empiezo a apretar poco a poco, no voy a sprint, no creo que pudiera aguantar. Cuando llevo unos 300m miro el Garmin, y me quedo a cuadros: pone 4'05" y apenas voy sufriendo.. Y sigo, vuelvo a mirar , 4'10", se huele meta y le doy una marcha más, entrando al final en 25'29" reales , a 5'03/km, no doy crédito, estoy flipando y de verdad.¿6 meses sin correr y ruedo a 5'03? En cuanto a lo oficial, 25'58", posición 120 de 304, todo ello en https://www.alcanzatumeta.es/resultados-express.php?e=1005538&p=1095333
Meta
Incrédulo aún, me acerco al post, que de verdad que es para flipar: líquido el que quieras, comida más de lo mismo, con tapas, caldo con pelota, y es que esta carrera tiene una organización de 10 , en un circuito de 10. ¡Enhorabuena a ellos!
Un poco de Aquarius, botellita de agua y para el coche con un sentimiento de felicidad dentro que no puedo ,ni quizá quiero, describir. A todos los que han aguantado esta psico-crónica, mil gracias por seguir ahí. Ahora intentaré seguir el camino, a donde me lleve por aquí lo podréis leer. por lo pronto, San Silvestre Bruja de Alcantarilla.
Fotos: Gerardo Cayuelas Grao



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