No eres logras, eres lo que has superado

Es necesario revivir para saborear (Rozalén)

miércoles, 20 de noviembre de 2019

LV Behobia-San Sebastián: el centenario de una grande

     




  Este domingo pasado tuve la suerte de volver a compartir una tradición no escrita que comparto con dos de mis mejores amigos, Rafa y Jordi: poder disfrutar de lo mucho que nos gusta correr con el viaje a una carrera que tenga algo "especial". En general, nosotros asociamos este especial , en el asfalto, a la distancia de Filípides, como pasó en París en 2017. Pero esta vez, diferentes motivos nos hacían inclinarnos a distancias más cortas, sobretodo a Jordi y a mi porque Rafa está más fuerte que una bestia. Buscando por la geografía española, economía manda, fue fácil dar con la carrera elegida. Distancia asequible(20 km), fama que nuestras referencias tildaban de totalmente justificada, y ubicación inmejorable, en una de las ciudades más bellas de España, Donosti: la Behobia-San Sebastián sería la elegida, y además en la edición que recordaba los cien años de la primera edición, que no la edición 100, pues sufrió un parón durante la Guerra Civil y la oscura postguerra.

     
      El viaje surgió accidentado ante un pinchazo antes de salir y una climatología que , desde Zaragoza, no hizo sino confirmar lo que habíamos visto en los partes de Aemet: durante todo el fin de semana habría temporal en el Norte de la Península, agudizándose cara al domingo. Por suerte, la pericia de Rafa al volante nos permitió superar los puertos que rodean Donosti y arribar a nuestro estupendo y "barato" alojamiento en la bella localidad de Orio a buena hora, y sanos y salvos. Sólo quedaba un buen bocadillo( "trainera"), unas buenas cervezas y al catre, que al día siguiente había faena.
     
     Sanos y salvos

 Despertar tranquilo, vemos que sigue lloviendo, clima norteño que, con leves paradas, se mantendrá a lo largo de toda la jornada. Desayuno ligero y a pillar el Euskotren que nos lleve directamente a la Ficoba, feria situada en Irún, en el barrio de Behobia, y colindante con el famoso y bello puente de Santiago, que es la frontera con Francia en su bella localidad de Hendaya. Y aquí quiero destacar lo buenas que son las comunicaciones en Guipuzcoa, pudiendo dejar el coche aparcado y movernos todo el fin de semana en tren. Mucho que aprender de esto por el Levante.

 Empezaba la aventura

Bueno , que me enrollo. La feria, sin ser pequeña tampoco es la de una gran Maratón. Aún así, alguna cosa cayó amén de recoger el dorsal, y de llevarme la gran alegría de ver y saludar entre los más de 33.000 inscritos (27000 saldríamos al final) a Manuel Jover, de Mirca, de esas personas que siempre gusta ver, compartiendo ambos la inquietud por el tiempo que hará mañana: Se empieza a hablar de vientos muy fuertes, lluvias muy intensas, frío y granizo asegurados, e incluso en el monte nieve.

Lo mejor de la feria, los pinchos

     Así que , tras un pincho en la propia feria, a hacer una visitilla a la Bella Easo, que parece que la lluvia nos da una leve tregua. Parada en el mismo centro y damos paseo por la Concha y alrededores, buscando ante el retorno del agua cobijo en un bareto del casco viejo, aconsejados por mi hermano para ponernos a salvo de los famosos y elevados precios de la viandas donostiarras. Y en efecto, triunfamos como el Avecrem, y pudimos disfrutar de unos buenos pinchos servidos por unas guapas y simpáticas camareras. Eso si, cuando ya nos íbamos, la bella dama comenta, ante la progresiva insistencia del aguacero: "chavales, mañana la vais a flipar". Upps, mejor recogemos, nos vamos a la casa y guardamos armas, no sin antes calzarnos una buena cena en el bar que tenemos enfrente de casa, otra trainera al canto. Vaya dieta precompetición jjj



Impresionante San Sebastián, en todos los aspectos

Y ya en Orio buscando cobijo

     Los truenos de la noche hizo que el sueño fuera bastante interruptus, pero al final llegó la hora de levantarse. Nos vestimos de luces en medio de la incertidumbre climatológica que nos ha acompañado todo el finde. ¿Qué nos ponemos? ¿Mil capas de ropa, chubasquero, chaqueta de alta montaña, neopreno, un traje de astronauta?

Lo único que estaba seguro del atuendo

Al final cada uno hace de su capa un sayo, y a eso de las 7:30 cogemos , cargados de emoción, eso si, el tren que nos lleva a Behobia. Una vez llegados a la localidad fronteriza, disparados bajo el chispeo hacia los autobuses que nos cruzarán la frontera y nos llevarán, en no más de 5 minutos, a la zona de Hendaya más próxima a la salida.

 La cosa estaba "negra"

     Aquí ya ha empezado a apretar, así que nos guarecemos del agua bajo los toldos de una cafetería. Se respira el ambiente de las grandes, y aunque no divisamos la salida, no tardamos en emprender la marcha para olfatear un poco. La salida está distribuida a lo largo de una calle paralela al río Bidasoa, de aproximadamente 1 kilómetro de largo, y que recorremos para cotorrear en que cajón salimos cada uno. Y aquí creo que ha llegado el momento de explicar brevemente mis aspiraciones atléticas con esta carrera.
 
      Investigando por la zona de salida bajo un cielo típico "euskaldún"

     Debido a diversos motivos, esta temporada no estoy "dando" con el botón de arranque, y en las semanas previas a la Behobia apenas habré juntado tres rodajillos de una hora y algo de gimnasio. En estas condiciones, aspirar a bajar de 5'/km sólo me podría llevar a una petada descomunal y a no disfrutar nada de la carrera. Así que, sabiamente, decidí salir a rodarla, que manda huevos tomarse este carrerón como un entreno, pero a día de hoy es lo que hay. Dicho lo cual, volvamos a la calle de salida.
     
     El animador del evento me quería sonar de algo

      Vemos al  mítico Haille Gebreselasie darse unos bailoteos antes de dirgirme ya  a mi cajón, despedirme de mis amigos con un abrazo y despojarme de algo de ropa, pero manteniendo el chubasquero, que parece que empieza a apretar. Los momentos previos emocionan, o al menos a mi, que soy un sensible para estas cosas. Suena buena música, ahora si me quito el plástico y a las 10:24 a darle a la zapatilla.

Recorrido

Perfil

       Primeros metros por la zona de Hendaya para atravesar un puente y entrar en el km 2 en Irún. Es en ese kilómetro donde aparece el primer repecho, duro, y que nos hace darnos cuenta de que va a ir el asunto. Eso si, las calles a pesar de la lluvia, llena de gente animando bajo el paraguas. Y es que SI, esta carrera es diferente por su público, más allá del paisaje,que no deja de ser el típico norteño, que entremezcla el paisaje verde con las zonas industriales,que a mi me tiene absolutamente enamorado. Pero no es eso lo que hace de la Behobia especial, no. Es la gente.Mientras en Alicante, en días soleados y con carreras céntricas, las calles están vacías, aquí daba igual que pasaras por debajo del puente de la Autopista, que estuviese diluviando, la gente está en la calle, no importa gente mayor o niños, todos bajo sus paraguas y desgañitándose. Es eso lo que hace que la Behobia reúna 33000 corredores, eso es la que la hace única y especial, y una necesidad para todo corredor popular.

A pesar de la que caía, observad el público en el lateral

     Íbamos por el kilómetro 2, y primer "bypass". Y es que otro añadido de esta carrera es que ha demostrado, como ya hizo la Maratón de Berlín en su momento, que si no se deja de jugar al fútbol porque haya elecciones, tampoco hay por qué dejar de disfrutar del atletismo popular. Se pasa el cambio de carril en que consiste dicho método, para poder permitir cruzar a las personas la calle, y sin más problema. Los irundarras llenan las aceras, en lo que como he dicho será una constante a lo largo de los 20 km. Salimos de Irún para afrontar, ya en el km 6, la primera subida de la jornada, el puerto de Gaintxurizketa. En si, y dado que las piernas van frescas, los dos km aprox del mismo se pasan relativamente bien. Al acabar, iniciamos una bajada preciosa, donde por primera vez veo un kilómetro por debajo de 5', que nos deposita en un nuevo avituallamiento, allá por el km, 10.
Subiendo Gaintxurizketa

     Superado este, entramos en la localidad de Errentería, la lluvia aprieta pero apenas molesta, más si cabe dado como apoya el público que llena las calles. Mis paticas van bien, no fuerzo lo más mínimo, y además he fijado liebre femenina, más que nada porque va a mi ritmo unos metros por delante mío, y me sirve para saber que no estoy aflojando. Salimos del pueblo para afrontar el repecho de la cuesta de Capuchinos, más empinado que el anterior puerto pero mucho más corto, no llegará al kilómetro. Y aquí si que sufro ya.

      Dada la relativa longitud de la cuesta, se supera sin más y bajada hacia la localidad de Pasaia  ( Pasajes), con unas vistas bonitas del puerto industrial. Atravesamos la localidad, ahora las piernas si pesan y la luvia va  yendo y viniendo. El recorrido lo tengo más o menos estudiado, y sé que al pasar la urbe vendrá la famosa cuesta de Miracruz, que dará paso a la bella Easo. Cada corredor va ya en su mundo, sabemos cerca el final pero nos queda lo más duro, pues las piernas llevan casi 17 km encima. Y la puñetera cuesta no desmereció, yo tuve que tirar de testiculina par no echar el pie a tierra, pero de nuevo el público empujó como no te nadie se puede hacer a la idea.
Entrando en San Sebastián bajo la lluvia

     Así que , acabado el repecho, caída hacia San Sebastián donde ahora si , el público lo da todo. la lluvia arrecia de verdad, pero quedan 2 km, esto está hecho. Atravesamos el paseo de Zurriola, para ver l aplaya en una imagen espectacular dada la negrura del cielo en contraste con el azul oscuro del agua, aparece el viento, pero dada la cercanía de la meta da igual. Puente del Kursaal, giro a izquierdas y meta. Felicidad máxima porque, a pesar de no haberla competido, he conseguido acabar en 1h44'19", a 5'13/km, posición 12001 de más de 27000 llegados, todo ello en https://clasificacion.behobia-sansebastian.com/?lang=es

El recuerdo para los de siempre, mi familia
 Medalla finisher
Premio merecido

  Ya sólo quedaba esperar a Jordi y Rafa entre la lluvia , el viento y el sol que depararon la aproximada hora y pico de espera, viaje "interruptus" hasta Orio, ducha , bocata y vuelta "molona" hasta la capital, llegando a las once y pico de la noche, cansados pero muy muy contentos, con la única sensación de haber vivido una carrera "única" con dos de mis mejores amigos. Así que, sólo un consejo, si podéis, id a la Behobia

2 comentarios:

  1. Enhorabuena, efectivamente bonita no es, pero la de mayor animación de este país si. Tocará volver.

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    1. Para mi si es bonita, pues vengo del semidesierto jajajaja... Pero reconozco que si uno espera correr por zonas verdes al lado de Acantilados, eso no va a ser. En general, Euskadi combina las colinas verdes con mucha zona industrial

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