Este domingo pasado abrí mi temporada particular de Medias Maratones, uno de mis objetivos de la temporada, amén de ser una de mis distancias preferidas, pues es una distancia lo suficientemente larga para tener ese puntillo épico que a muchos corredores nos gusta.
Estas semanas los entrenos han empezado a mejorar, pero sobretodo he ido acumulando kilómetros, pues el salto de correr un 10K a una Media es bastante largo, y siempre hay un punto de incertidumbre en la primera de la temporada, pues eran más de 6 meses los que habían pasado desde que corrí en Granada la mitad de la distancia de Filípides. Eso si, para relajar tensiones, el sábado lo dedicaba a disfrutar de la Asamblea/Convivencia de ese gran club-familia que es CorrexCrevillent: un buen arroz con buenos entrantes sería una buena carga de hidratos para lo que se venía.
Domingo por la mañana levanto sobre las 7 a.m, ya sabe el fiel lector de mi manía por llegar pronto a las carreras, y tras coger una barrita y una pera, enfilo con una buena dosis de cafeína dirección Sur. La gran protagonista del viaje la niebla y unos buenos podcast de polítiqueo patrio, que uno también tiene sus vicios ocultos. Me sorprenden al llegar los 8º a diferencia de los 16ºC que marcaba el termómetro en Alicante, mejor que mejor para evitar sufrimientos innecesarios. Aparco en un descampado justo al inicio de una de las vías principales de Cieza, la Gran Vía, y enfilo rápido hacia la zona de salida, al final de la misma, a recoger el dorsal.
Circuito a dos vueltas
Los voluntarios de la Hermandad de Semana Santa organizadora del evento andan afanados con esos detalles previos a la carrera que los que nos hemos visto en esas conocemos bien. Recogida rápida y eficiente, para comprobar con sorpresa que de los 600 inscritos esta vez seremos mitad y mitad los de la Media y los del 11K, lo que me reconcilia un poco con mi sentir de las últimas carreras, cuando la corta ganaba por goleada. Yo pienso que el corredor, salvo excepciones(buscar marca, lesiones,...), siempre ha de estar interesado en la distancia mayor. Vuelta al coche tras segundo café, y a vestirse de luces.
Con fresquiviri
Cuando ya queda poco, y tras mi eterna diatriba sobre si manguitos si o no ( esta vez tocó si) , cojo un gel y me dirijo a la salida. La temperatura es perfecta, sobre los 10-12º, y el ambiente entre corredores muy relajados. Caigo en la cuenta que hoy es la Maratón de Valencia, y me viene una de mis runner-reflexiones: y es que cada vez más están desapareciendo las Medias Maratones de los pueblos/ciudades que no ofrecen un perfil llano apto para marca como Santa Pola (postureo 1) o las icónicas como Granada (postureo 2). Las Elda, Petrer, Monforte, Denia, han dejado paso a los 10K del mismo nombre, no siendo más que un reflejo de la evolución de esta sociedad, y que anda muy alejado de mi filosofía como corredor, pero bueno, aún tendría un refuerzo allá por el kilómetro 17 sobre este pensamiento.
Y tras el mortero habitual de mis crónicas, y con muy poquillo retraso, a por la primera Media de la temporada. Damos una primera vuelta de un kilómetro aproximadamente por la Gran Vía, y nos metemos a callejear por las calles del casco antiguo para bajar al Paseo de Ronda.
Salida del final, ya habría tiempo si eso..
Bajamos, y cuando digo bajamos lo hago con una sensación de alegría/preocupación, pues ya se sabe que todo lo que baja...., y esta es bastante pronunciada. Recorremos un buen tramo para subir de nuevo a la Gran Vía por unos repechos no muy duros, y volver a bajar al camino de Ronda que circunvala la ciudad. Yo voy reteniendo un poco, pues no llevamos ni 4 kilómetros, y surgen las dudas: "te quedan 17 km", "esto no es un 10K", "vas a flipar en la segunda vuelta"..
Paseo de Ronda
En fin, acabamos la ronda, giro de 180º y allá por el km 5 nos desviamos a la otoñal Mota del Segura, un breve tramo de tierra plagado de hojas amarillas por el suelo. Y es que , al ir reteniendo y no a tope como en los 5k o 10k, estoy disfrutando mucho de una Media con el sabor añejo de las de antes, sin mayor pretensión que conocer un sitio nuevo y disfrutar y sufrir a partes iguales.. Allá por el km 6 salimos a la ronda para cruzar el río por un puente que nos deja en un embarcadero que en su momento visité cuando con mis hijos hice un tramo del descenso en rafting del Río Segura.
La verdad que las sensaciones no son malas, más allá de pensar que aún voy por el km 7, y que esto se puede hacer muy largo. He decidido no mirar el reloj, así que al primer paso por meta ya veremos.
La vuelta por el otro lado del río, bajo la preciosa imagen de la Atalaya, el monte que preside Cieza, se hace llevadera por lo llano de la misma, para allá por el km 9 volver a entrar a la ciudad, y ya en leve subida dirigirnos a Gran Vía y a la Iglesia que preside la meta.
Con la Atalaya de fondo
En este tramo recuerdo que mi primera novia era de esta bonita ciudad murciana, y distraigo mi pensamiento y mis incipientes dolores musculares buscando con la mirada llena de anhelo de juventud.
Al paso por meta, y al igual que paso en Cox, hay un click en mi cabeza que dice, ok, si es hacer esto otra vez, tú puedes. Además, el Garmin marca poco más de 5'/km, no vamos tan mal, teniendo en cuenta que mis rodajes largos suelen rondar los 5'50/km. Aprieto un poco el acelerador y de manera progresiva voy adelantando corredores. El ambiente es muy relajado, desde la corredora que va en mallas largas, hasta los que se acaban de conocer y van hablando de su vida, hasta los que ya se conocen y hablan de la semana de entrenos que se les avecina. Yo sigo a mi ritmo, con la sensación viejuna de no entender a quien corre con la música del móvil en altavoz ( han inventado los auriculares) y con el placer de poder saludar al gran Pedro Serna.
Pero si un momento marcará mi segunda vuelta fue conocer a Paco. Llegando al puente del Segura, veo cerca a un corredor que me llama poderosamente la atención. Viste un pantalón de algodón de toda la vida y una camiseta del mismo textil sin mangas, y me retrotraigo a mis inicios en estos deportes. De hecho me viene a la cabeza una foto mía y de Paco en la segunda edición de la Media Maratón de Montaña de Oltà, vistiendo un pantalón de fútbol, una camiseta de algodón y unas zapatillas de asfalto. Y ojo, las corríamos y las acabábamos, y me veo tan alejado de las modas actuales con tanto gadget y tanta necesidad creada para practicar el , contradictoriamente, deporte más sencillo del mundo que me entra cierta nostalgia del famoso "todo tiempo pasado fue mejor". Pero bueno, ya me pasó con la escalada y la montaña, son nuevos tiempos, y el que yo no pueda entenderlos no significa más que eso. Pero ojo, que al pasar a mi querido Paco, resulta que no llevaba ni reloj. De verdad que me alegró la mañana.
Con el gran Paco detrás
Pero bueno, vamos acabando ya. Mi subida de ritmo y la bajada de los demás me hace adelantar algunas posiciones, lo que siempre viene bien para elevar el ánimo. Llego al kilómetro 19, inicio de la subida al pueblo, pero el saber que voy a acabar mi primera media de la temporada me motiva, y sigo in crescendo con el ritmo, para acabar entrando en 1h44'56" reales,1h45'26 oficiales, posición 151 de 261 llegados, todo ello en https://www.dorsal21.com/2802-clasificaciones--.Media%20Marat%C3%B3n.html
El avituallamiento, en consonancia a la idiosincrasia de la prueba. cerveza de verdad, embutido de pueblo, sobrasada en tarrinas para untar , gominolas y hasta pizza, ¿para qué más?Así que muy muy contento por haber tenido buenas sensaciones (aunque quede muchooooo para el 1h37) , pero sobretodo por haber podido correr una de esas carreras de las que van quedando pocas, y de las que hay que cuidar, o acabaremos pagando siempre 25-30 euros por correr Medias con apellido de marca de coches o similar, y habremos matado el romanticismo de esto del correr.. Nos vemos en la próxima
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